Copa-cogeca
Actualmente hay 10 millones de explotaciones agrícolas en la Unión Europea, con un total de 22 millones de personas trabajando en este sector. Es decir, el campo y los recursos naturales ofrecen una gran variedad de empleos vinculados a ellos, como maquinaria, edificios, combustible, fertilizantes y atención veterinaria a los animales, entre otros. Hay una serie de actividades derivadas, como la preparación, transformación y envasado de alimentos, el almacenamiento y el transporte. Debido al número de explotaciones agrarias existentes en su territorio, la UE ocupa uno de los primeros puestos en relación con la producción y exportación mundial de productos agroalimentarios.
Uno de los principales retos a los que se enfrenta la agricultura es la necesidad de garantizar, en todo momento, el equilibrio entre la producción de alimentos y el mantenimiento de los ecosistemas y los recursos naturales, evitando su declive y asegurando la preservación de la biodiversidad del entorno.
La PAC (Política Agrícola Común) de la Unión Europea, tanto para el sector agrícola como para el ganadero, se creó en 1962 con el fin de coordinar las diferentes políticas agrícolas de cada uno de los estados miembros. Su principal objetivo, en términos generales, es avanzar hacia un mercado común, al tiempo que se consigue proteger a un sector vulnerable frente a la acción de diversos factores externos, como el clima. Una de sus principales líneas de trabajo se basa en el fomento de la productividad a través de una serie de mejoras técnicas, que garanticen los niveles de producción y, por tanto, el abastecimiento de materias primas en todos los países europeos. Entre sus objetivos también se encuentran la contribución a la lucha contra el cambio climático y la gestión sostenible de los recursos naturales; la conservación de los paisajes y las zonas rurales de todo el territorio; y el mantenimiento de la economía rural, fomentando el empleo en la agricultura, las industrias agroalimentarias y los sectores asociados.
Plataforma digital agrícola
La agricultura española se ha convertido, en pocas décadas, en una agricultura muy productiva y competitiva en los mercados de la UE y del mundo. Pero los efectos secundarios de esta política son considerables en términos sociales, económicos y medioambientales. Se traducen, en particular, en la pérdida de 83 explotaciones al día, el descenso de la población agraria, el abandono de tierras en algunas zonas marginales y la concentración parcelaria. Aunque el sector ecológico también se ha desarrollado rápidamente en la última década, en su mayor parte se trata de agricultura ecológica industrial.
La agricultura española se caracteriza por la diversidad, entre tipos de producción, modelos agrarios y regiones. Andalucía tiene latifundios muy grandes que producen aceitunas y emplean jornaleros. También cuenta con una producción intensiva de hortalizas y frutas convencionales y ecológicas en invernaderos de Almería y Huelva. Castilla y León es una región productora de cultivos. Cataluña se ha convertido en una de las principales regiones europeas de ganadería y está dominada por la agricultura familiar de pequeña y mediana escala.
Al mismo tiempo, toda España ha experimentado la misma evolución desde los años sesenta, marcada por la modernización, la mecanización, la especialización y la intensificación de la producción agraria. Esta evolución, dirigida por el Gobierno, se aceleró notablemente con la adhesión de España a la CEE en 1986. El principal objetivo de la política agrícola entonces era, no tanto garantizar la seguridad alimentaria o apoyar la agricultura a pequeña escala, como reforzar la competitividad de la agricultura española en los mercados de la UE y mundiales. En parte se basaba en el recurso a jornaleros baratos, españoles o extranjeros. Aunque este proceso de modernización tuvo lugar en todos los países de Europa Occidental, se produjo con especial rapidez e intensidad en España.
Plataforma Sai
Los cambios en las prácticas ganaderas fueron uno de los factores que contribuyeron al declive de las poblaciones de buitres en toda Europa. El proyecto LIFE+ Alimentación de Carroñeros en España ha estado trabajando durante los últimos cuatro años para colaborar con los ganaderos en el desarrollo de técnicas y políticas de gestión de cadáveres que funcionen bien para los ganaderos, los buitres y otras aves rapaces.
La población de buitre negro en España representa en la actualidad más del 96% de la población total europea, gracias a las dedicadas acciones de los proyectos de conservación de los últimos 40 años, que han dado como resultado un aumento de su población en España de tan sólo 200 parejas en los años 70 a más de 2.500 parejas en la actualidad. Sin embargo, con el aumento de la población está surgiendo la amenaza de la falta de disponibilidad de alimento como un factor importante que afecta a esta población. La combinación de medidas para controlar la expansión de la enfermedad de las vacas locas (EEB), como las leyes que obligan a los ganaderos a deshacerse de los restos animales de forma segura, el declive de la práctica del pastoreo extensivo y los controles sanitarios más estrictos de granjas y mataderos, han provocado una fuerte disminución del alimento disponible para el buitre negro y otras rapaces en algunas zonas de la geografía ibérica.
Ayudas jovenes agricultores castilla y leon 2021
Tipo de datos: Artículo científicoFuente: Comunicación personal en un evento INCREDIBLE (science to practice)Objetivo: El objetivo principal es conocer la distribución potencial del castaño (Castanea sativa) en Castilla y León mediante el uso de herramientas de modelización espacial basadas en 13 variables diferentes. Se ha pretendido determinar dónde se dan las condiciones bioclimáticas y geográficas más adecuadas para que la especie prospere. Estos modelos permiten evaluar de forma cuantitativa la posibilidad de que una población de castaños ocupe un área concreta.
Contexto: El castaño está establecido en una superficie aproximada de 28.419 ha en Castilla y León (IFN3) y representa uno de los hábitats multifuncionales más importantes de la región en términos de productividad y diversificación de los valores producidos. Madera, biomasa, castañas (alimento), setas, paisaje, biodiversidad y cultura son algunas de sus características.
Principales resultados: La modelización con Maxent ha permitido identificar las zonas con mayor probabilidad de desarrollo de la especie. Mediante la modelización de la distribución potencial de Castanea sativa, se ha obtenido que aproximadamente 93.000 ha son zonas de potencial óptimo para la presencia del castaño, especialmente la zona de El Bierzo y sur de Salamanca, y aproximadamente 361.000 ha son de potencial intermedio en Castilla y León. La sensibilidad del modelo ha dado como resultado una buena calificación (0,894 sobre 1)