Dosis de Lasix
La furosemida es un diurético fuerte (‘píldora de agua’) y puede causar deshidratación y desequilibrio electrolítico. Es importante que lo tome exactamente como le haya indicado su médico. Si experimenta alguno de los síntomas siguientes, llame a su médico inmediatamente: disminución de la micción; boca seca; sed; náuseas; vómitos; debilidad; somnolencia; confusión; dolor muscular o calambres; o latidos cardíacos rápidos o fuertes.¿Por qué se prescribe este medicamento?
La furosemida se presenta en forma de comprimidos y de solución (líquido) para tomar por vía oral. Suele tomarse una o dos veces al día. Cuando se utiliza para tratar el edema, la furosemida puede tomarse a diario o sólo ciertos días de la semana. Si se utiliza para tratar la hipertensión, tome la furosemida aproximadamente a la misma hora todos los días. Siga atentamente las instrucciones del prospecto y pida a su médico o farmacéutico que le explique cualquier cosa que no entienda. Tome la furosemida exactamente como se indica. No tome más ni menos que la dosis indicada ni tampoco más seguido que lo prescrito por su médico. Siga tomando furosemida aunque se sienta bien. No deje de tomar furosemida sin consultar a su médico.Otros usos de este medicamento
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Swiner es experta en medicina de familia y medicina general, y abarca un amplio espectro de cuestiones médicas y de salud mental. Le encanta cuidar de la familia en su conjunto, desde la cuna hasta la tumba. Sus intereses incluyen la salud de las minorías, la salud de la mujer y la pediatría. Como esposa y madre de dos hijos, utiliza experiencias de la vida real para comunicar claramente las claves para mejorar la salud y el bienestar de la mente, el cuerpo y el espíritu. Es autora de Cómo evitar el complejo de supermujer.
Los diuréticos suenan relativamente inofensivos, ¿no? Al fin y al cabo, el agua suele asociarse con todo lo bueno: una piel radiante, un metabolismo acelerado y la cura definitiva para la resaca. Pero he aquí un dato interesante: Si no se toman adecuadamente, los diuréticos (conocidos como diuréticos de asa en la comunidad médica) pueden ser bastante peligrosos y sólo deben tomarse bajo supervisión médica. ¿Por qué? Porque los diuréticos recetados son para personas con hipertensión o pacientes que se recuperan de una insuficiencia cardiaca. Sin embargo, se conocen más casualmente como una forma rápida de intentar perder kilos y/o peso de agua, por parte de personas con corazones que bombean perfectamente.
Lasix y aumento de peso
Uno de los medicamentos más utilizados en Norteamérica es la furosemida, un diurético empleado para tratar la insuficiencia cardiaca congestiva y la hipertensión arterial. El medicamento actúa permitiendo una importante liberación de líquido por los riñones y el sistema urinario. Esta liberación excesiva de líquido reduce la presión arterial y el volumen sanguíneo del organismo y, por tanto, disminuye el trabajo necesario del corazón. Si el tratamiento tiene éxito, existe una relación entre la furosemida y la pérdida de peso. Por lo general, los pacientes experimentan una pérdida de peso mensurable al iniciar el tratamiento diurético debido a la pérdida de “peso de agua” o exceso de líquido.
La furosemida es un fármaco potente. Aunque actúa con gran eficacia para reducir el exceso de líquido corporal, no está exento de riesgos o efectos secundarios. Por ejemplo, el medicamento puede causar pérdida temporal o permanente de la audición o incluso sordera. También puede provocar niveles peligrosamente bajos de potasio, ya que este electrolito se elimina con el exceso de líquido. Además de la pérdida de líquido, la furosemida puede causar pérdida de peso debido a las náuseas y vómitos prolongados, otro efecto secundario que debe comunicarse al médico supervisor.
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El término médico para los diuréticos es diuréticos. Básicamente, los diuréticos ayudan a los riñones a eliminar el exceso de agua y sal del organismo. Se utilizan distintos tipos de diuréticos para tratar diversas afecciones médicas. Es importante saber que los diuréticos sólo deben tomarse siguiendo las indicaciones de un profesional sanitario. Tomarlos sin instrucciones específicas puede ser peligroso.
Los pacientes con hipertensión arterial y ciertos problemas de corazón, riñón y pulmón suelen tomar diuréticos. Estas personas suelen padecer una enfermedad llamada edema, en la que el agua se acumula en los tejidos y provoca hinchazón. Los diuréticos ayudan a los riñones a eliminar el exceso de líquido. Así, el corazón bombea con más facilidad y todo el organismo puede empezar a funcionar mejor.
La mayoría de las personas que no padecen una enfermedad que requiera la eliminación de líquidos no deben tomar diuréticos. Las mujeres embarazadas sólo deben tomar diuréticos por un problema médico, no sólo por la hinchazón que es común durante el embarazo.