Dificultades para aprender a leer
El debate sobre cómo enseñar a leer a edades tempranas se ha prolongado durante un siglo. Pero en las últimas décadas, la ciencia cognitiva ha sido clara: enseñar a los niños pequeños a descifrar el código -enseñar fonética sistemática- es la forma más fiable de asegurarse de que aprenden a leer palabras.
NOTA: El texto de este artículo contiene anotaciones. Para ver la lista de anotaciones, desplácese hasta el final de la página. ¿Cómo aprenden a leer los niños? Durante casi un siglo, los investigadores han discutido sobre esta cuestión. La mayor parte del desacuerdo se ha centrado en las primeras fases del proceso de lectura, cuando los niños empiezan a descifrar las palabras de una página.
Una teoría es que la lectura es un proceso natural, como aprender a hablar. Según esta teoría, si los profesores y los padres rodean a los niños de buenos libros, aprenderán a leer por sí solos. Otra idea sugiere que la lectura es una serie de conjeturas estratégicas basadas en el contexto, y que a los niños hay que enseñarles estas estrategias de adivinación, pero la investigación ha demostrado que la lectura no es un proceso natural(1) ni un juego de adivinanzas. El lenguaje escrito es un código. Ciertas combinaciones de letras representan de forma predecible determinados sonidos. En las últimas décadas, la investigación ha sido clara: enseñar a los niños pequeños a descifrar el código -enseñarles fonética sistemática- es la forma más fiable de asegurarse de que aprenden a leer palabras.Por supuesto, leer es algo más que ver una palabra en una página y pronunciarla en voz alta. Por tanto, enseñar a leer es mucho más que enseñar fonética. La lectura exige que los niños interpreten lo que está escrito. Necesitan conocer los distintos sonidos del lenguaje hablado y ser capaces de relacionarlos con las letras escritas para descifrar las palabras. Para entender las palabras que leen, deben tener un conocimiento profundo de la lengua y el vocabulario. Con el tiempo, deben ser capaces de reconocer automáticamente la mayoría de las palabras y leer con fluidez textos relacionados, prestando atención a la gramática, la puntuación y la estructura de las frases.
¿Cuáles son los soportes pedagógicos de la lectura?
Los medios didácticos están ayudando a los profesores a acortar distancias y perfeccionar la capacidad de comprensión lectora de sus alumnos. El uso de artículos de revistas y periódicos, anuncios impresos e incluso cómics son medios didácticos viables que ayudan a los alumnos a comprender el texto.
¿Cuáles son las 5 etapas de desarrollo del aprendizaje de la lectura?
Las cinco etapas del desarrollo de la alfabetización incluyen la alfabetización emergente, la fluidez alfabética, las palabras y patrones, la lectura intermedia y la lectura avanzada.
¿Cuáles son ejemplos de ayudas al aprendizaje?
Pueden incluir, entre otros: material escrito, visualizaciones, gráficos, diagramas, procesos, estrategias o cualquier otro elemento apropiado.
Ayudas a la lectura en caso de dislexia gratis
Los materiales didácticos son un componente integral de cualquier aula. Entre los muchos beneficios que aportan, cabe citar los siguientes: ayudar a los alumnos a mejorar la comprensión lectora, ilustrar o reforzar una habilidad o concepto, diferenciar la enseñanza y aliviar la ansiedad o el aburrimiento presentando la información de una forma nueva y emocionante. Las ayudas didácticas también estimulan otros sentidos de los alumnos, ya que no hay límites en cuanto a las ayudas que pueden utilizarse para complementar una lección.
Como los alumnos leen cada vez menos por su cuenta, los profesores constatan que la capacidad de comprensión lectora de los estudiantes actuales es muy baja. Los medios didácticos ayudan a los profesores a cerrar la brecha y perfeccionar la comprensión lectora de sus alumnos. El uso de artículos de revistas y periódicos, anuncios impresos e incluso cómics son medios didácticos viables que ayudan a los alumnos a comprender el texto.
Las ayudas didácticas resultan un complemento formidable para los profesores cuando es necesario reforzar una destreza o un concepto. No sólo permiten que los alumnos tengan más tiempo para practicar, sino que también presentan la información de una manera que ofrece a los estudiantes una forma diferente de comprometerse con el material. Por supuesto, esto es importante para llegar a los distintos tipos de aprendizaje de la clase.
Ayudas a la lectura para el jardín de infancia
Créditos fotográficos (de izquierda a derecha): Westend61, Getty Images; Blend Images- JGI/Jamie Grill, Brand X Pictures/Getty Images; Nick Dolding, Taxi/Getty Images; Caiaimage/Robert Daly, OJO+/Getty Images; Yagi Studio, DigitalVision/Getty Images; fstop123, E+/Getty Images
Tu hijo ya ha aprendido a ir al baño, duerme toda la noche y sabe atrapar una pelota. Pero ahora le preocupa el próximo gran reto: aprender a leer. Te preguntas si ya es hora. ¿Y qué se supone que hay que hacer? Este tipo de cosas requieren profesionales, formación, experiencia… ¿verdad?
No importa lo que digan tus vecinos (ya sabes, los del genio de 4 años), tu hijo desarrollará el interés por la lectura a su propio ritmo, en algún momento entre los cinco y los siete años. Cuando esto ocurre, también lo hace la magia. Es decir, cuando tu hijo esté realmente preparado para aprender a leer, lo hará. Empujar a su hijo antes de que esté preparado no funcionará y, de hecho, puede resultar contraproducente y provocar que el niño se resista a leer con todas sus fuerzas (entre otras consecuencias). (Entre otras consecuencias.)
Un niño de 10 años con dificultades para leer
Créditos de las fotos (de izquierda a derecha): Niñas compartiendo auriculares (Fuse, Getty Images); lápices de colores (Panoramic Images, Getty Images); niña con tarjetas flash (TongRo Images, Getty Images); tarro de palabras (Imagination Soup); madre e hijos (Blend Images – KidStock, Brand X Pictures/Getty Images); palabras a la vista (themeasuredmom.com); niño leyendo en la cama (Jekaterina Nikitina, Taxi/Getty Images); Zingo (megduerksen.typepad.com/whatever/)
Por supuesto, no hace falta decir que querrás seguir leyéndole a tu hijo todos los días: ¡es fundamental para su desarrollo de la lectoescritura! Y ten a mano una buena variedad de libros en todas partes: en el coche, en el baño, en la cocina… bueno, en todas partes.