Paro de larga duración
Cuando más jóvenes -y más diversos- se comprometen políticamente a una edad más temprana, es más probable que sigan comprometidos en el futuro y formen parte de un electorado más representativo del país, lo que debería ser un objetivo clave de nuestra democracia. En las elecciones de mitad de mandato de 2018 se produjo un aumento extraordinario de la participación juvenil, pero los votantes más jóvenes con derecho a voto -los de 18 y 19 años- siguieron votando en tasas significativamente más bajas. Esa disparidad de edad en la participación de los jóvenes ha sido intratable durante mucho tiempo, pero está lejos de ser inevitable. A nivel nacional, estatal y local, podemos tomar medidas para eliminar esta brecha y pasar de un paradigma centrado en la mera movilización de los votantes a otro centrado en el crecimiento de los votantes.
No nos convertimos automáticamente en personas comprometidas, informadas y capacitadas para participar en nuestra democracia cuando cumplimos 18 años. Por el contrario, los jóvenes empiezan a comprender y experimentar la democracia, y el papel que se espera que desempeñen en ella, mucho antes de alcanzar la edad de votar. Antes de cumplir los 18 años, los jóvenes pueden tener (o perderse) experiencias y recibir mensajes implícitos o explícitos que determinan si creen que su voz importa y que el cambio es posible. También pueden recibir o no información práctica sobre cómo, dónde y cuándo votar. Todos estos factores vienen determinados por las condiciones específicas de la comunidad que rodea a los jóvenes: en su pueblo o ciudad, escuela, barrio, etc. La disponibilidad y la calidad de las oportunidades para desarrollarse como votante y miembro activo de la comunidad suelen ser desiguales en estos entornos.
¿Por qué son importantes los jóvenes para el futuro?
Los jóvenes no sólo representamos el futuro de nuestro país, sino que somos uno de los principales agentes de cambio y progreso de la sociedad. También tenemos un gran efecto en el desarrollo económico. En esta etapa de nuestras vidas, establecemos muchas relaciones sociales y desarrollamos una personalidad que nos define como nueva generación.
¿Qué debe hacer la juventud para ser un pilar fuerte del país en el futuro?
Deben colaborar con todos los sectores de la sociedad para lograr un cambio positivo en el país. También deben participar en actividades que promuevan la unidad y la solidaridad nacionales. Los jóvenes deben centrarse en su educación y labrarse un futuro brillante para sí mismos y para su país.
¿Cree que los jóvenes tienen la capacidad de iniciar cambios en la sociedad?
Estos jóvenes son capaces de identificar lo que va mal en sus comunidades y liderar el cambio que necesitan porque tienen mentes creativas más centradas en el presente y en avanzar, mientras que las generaciones mayores a menudo han llegado a aceptar los males y anomalías sociales como normas.
Programas internacionales de aprendizaje
Únete a un programa gratuito para desarrollar tus capacidades y confianza para encontrar un trabajo o emprender un negocio. O apoya nuestro trabajo para dar a los jóvenes un futuro mejor haciendo una donación, recaudando fondos o participando en un evento.
Vivir una pandemia ha sido devastador para los jóvenes, les ha minado la confianza en sí mismos y les ha arrebatado su futuro, afectando a su educación, su vida social y sus opciones laborales, y dejando aún más atrás a los que ya estaban en desventaja.
Así lo corrobora un nuevo estudio según el cual 2,8 millones de jóvenes británicos creen que sus perspectivas laborales nunca se recuperarán de la pandemia. Una situación que no hará sino empeorar debido a la crisis del coste de la vida.
Iniciativa de empleo juvenil
El desempleo juvenil estructural impide a millones de jóvenes afianzarse en el mundo laboral. Las consecuencias son malas noticias, no sólo para la generación actual de jóvenes de 15 a 24 años que se enfrenta a mercados laborales difíciles, sino también para los gobiernos y las empresas, que ven cómo los consumidores tienen menos poder adquisitivo, los trabajadores menos cualificados y con salarios más bajos, y los ciudadanos se muestran escépticos ante la sociedad y sus instituciones. Aunque a menudo se sobrestima la capacidad de las empresas para influir en la política gubernamental, las empresas tienen un poderoso papel que desempeñar en la reducción del desempleo juvenil. En un nuevo programa de éxito en Berlín, los empresarios se han asociado con organismos públicos y escuelas para orientar conjuntamente a los estudiantes en la vida laboral. Su enfoque coordinado ofrece lecciones prácticas para otras ciudades, regiones y países que luchan por reducir el elevado desempleo juvenil.
El grave desempleo juvenil afecta a países en todas las fases de desarrollo, incluidas economías avanzadas como Estados Unidos y muchos países de la Unión Europea. Nada menos que 73 millones de jóvenes estaban sin trabajo en todo el mundo en 2013, y aunque el crecimiento económico está creando puestos de trabajo, el desempleo juvenil medio sigue siendo alarmantemente alto. En Europa, por ejemplo, supera el 23%; en Estados Unidos, se sitúa por encima del 15% (Recuadro 1).
Desempleo juvenil
Junto con NextGenerationEU, el Año de la Juventud pretende cambiar las perspectivas de los jóvenes sobre su futuro creando oportunidades de empleo, educación y formación de calidad, así como abriendo espacios políticos a los jóvenes. El Año de la Juventud se basa en anteriores esfuerzos de la UE dedicados a promover la juventud, como Erasmus+, el Cuerpo Europeo de Solidaridad, la Garantía Juvenil y la Iniciativa de Empleo Juvenil.
La UE se ha comprometido a crear una sociedad europea mejor, más integradora y democrática, en la que los jóvenes participen en las decisiones que afectan a su presente y su futuro. La UE y los Estados miembros están trabajando para incluir sistemáticamente a los jóvenes en los procesos de toma de decisiones, no sólo a escala regional, nacional y de la UE, sino también de las Naciones Unidas.
Con una población juvenil mundial en aumento, la creación de asociaciones significativas con los jóvenes es fundamental para construir sociedades más fuertes, legítimas, inclusivas, pacíficas y democráticas, en las que se respeten los derechos humanos y el Estado de Derecho. Esto se reconoce claramente en las Conclusiones del Consejo sobre la Juventud en la Acción Exterior, así como en el Plan de Acción de la UE sobre Derechos Humanos y Democracia 2020-2024.