Cómo recuperar la lucha – Obispo T.D. Jakes
El viernes 22 de octubre de 2021 el Embajador, Hugues Momplaisir Fequiere acompañado por los Ministros Consejeros, Jean-Claude Lappe, la Sra. Darline Florestal y el Consejero Paul Tialy Nazaire, participó en una importante mesa redonda con la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID), los Embajadores de Argentina, Panamá, República Dominicana y los representantes de Brasil, Colombia y Cuba.
El objetivo principal de este evento fue hacer un balance de la cooperación haitiano-mexicana y luego considerar otras perspectivas de cooperación, en particular la participación de Haití en los programas “sembrando vida” y “jovenes construyendo el futuro” sobre reforestación y agricultura que deben implementarse a favor de los jóvenes y de los campesinos/cultivadores.
También se trataron temas relacionados con la crisis que atraviesa Haití, incluida la crisis migratoria. Los representantes de los países presentes en esta mesa redonda expresaron la voluntad de sus gobiernos de continuar su cooperación con Haití. Además, coincidieron en la necesidad de considerar la coordinación de esta cooperación para contribuir mejor al proceso de desarrollo de Haití.
La Magia del Tiempo Parcial por Jim Rohn
Las relaciones laborales con los jóvenes pueden ser muy efímeras, sobre todo con los adolescentes problemáticos. Sus circunstancias y su comportamiento cambian sin cesar. El cambio en la capacidad y la voluntad de nuestras organizaciones y de las personas que las componen para seguir trabajando con ellos.
Todos estos factores hacen que a menudo nos cueste creer que estamos cambiando algo en sus vidas. El tiempo que pasamos con ellos es una gota minúscula en un océano inmenso. Puede parecer que no podemos marcar ninguna diferencia, que no podemos tener un impacto significativo en tan poco tiempo. Puede dar la sensación de que estamos cumpliendo un requisito de tiempo, o simplemente esperando a que se les pase y sigan adelante.
Y por mucho que nos esforcemos, por mucho que intentemos marcar la diferencia, a veces puede parecer que estamos hablando solos y que no lo conseguimos. Las líneas de comunicación superficial pueden estar abiertas, puede haber intercambio de palabras, pero su comportamiento no parece mejorar.
A partir de ahí, es fácil que surja una sensación de futilidad y de inutilidad, sobre todo cuando sabemos que no vamos a trabajar con ellos el tiempo suficiente para cambiar las cosas. Otra posibilidad es que hayamos trabajado con ellos durante tanto tiempo y nada haya cambiado, y se haya instalado el cinismo: “nada ha cambiado hasta ahora, simplemente no va a suceder. Son una causa perdida”.
Gestión del conocimiento en el MIM Parte 2 Episodio 1
Al verlos a todos ustedes hoy aquí presentes, pienso en la historia de San Francisco de Asís. Delante del crucifijo oyó la voz de Jesús que le decía: “Francisco, ve, reconstruye mi casa”. El joven Francisco respondió con prontitud y generosidad a la llamada del Señor a reconstruir su casa. ¿Pero qué casa? Poco a poco, Francisco se fue dando cuenta de que no se trataba de reparar un edificio de piedra, sino de poner su granito de arena en la vida de la Iglesia. Se trataba de estar al servicio de la Iglesia, amándola y trabajando para que el rostro de Cristo brillara cada vez más en ella.
1. En primer lugar: Un campo es un lugar para sembrar semillas. Todos conocemos la parábola en la que Jesús habla de un sembrador que salió a sembrar semillas en el campo; unas semillas cayeron en el camino, otras en terreno pedregoso, otras entre espinos, y no pudieron crecer; otras semillas cayeron en tierra buena y dieron mucho fruto (cf. Mt 13, 1-9). Jesús mismo explica el sentido de la parábola: la semilla es la palabra de Dios sembrada en nuestros corazones (cf. Mt 13,18-23). Hoy… todos los días, pero hoy de un modo particular, Jesús está sembrando la semilla. Cuando aceptamos la Palabra de Dios, somos el campo de la fe. Por favor, deja que Cristo y su palabra entren en tu vida; deja que la semilla de la Palabra de Dios entre, que florezca y que crezca. Dios se encargará de todo, pero deja que Él obre en ti y provoque este crecimiento.
La visión de México para el desarrollo regional en el siglo XXI
En todo Canadá, el liderazgo indígena está siendo reconocido como un componente esencial para abordar el cambio climático (CAT, 2021). Gran parte de esto se debe a que el conocimiento indígena y las prácticas de gestión de la Tierra1 abarcan procesos que se sabe que son eficaces y sostenibles, con el 80% de la biodiversidad restante del planeta mantenida en tierras gestionadas por indígenas (Ottenhoff, 2021; Sobrevila, 2008).
Las cosmovisiones indígenas ofrecen una perspectiva diferente de la resiliencia social al cambio ambiental, basada en relaciones morales de responsabilidad que conectan a los seres humanos con los animales, las plantas y los hábitats. Estas prácticas responsables no sólo garantizan el mantenimiento de los bienes y servicios de los ecosistemas para las generaciones futuras, sino que, lo que es más importante, centran las cualidades morales necesarias para llevar a cabo estas responsabilidades: confianza, consentimiento y reciprocidad. Las cualidades morales de la responsabilidad son los cimientos que nos permiten confiar los unos en los otros cuando nos enfrentamos al cambio medioambiental (Whyte, 2018).
En un momento en que los gobiernos están reconociendo sus fracasos en el cumplimiento de las obligaciones con los pueblos indígenas (UBCIC, s.f.), las organizaciones y agencias de todas las jurisdicciones deben ser conscientes de cómo se puede involucrar el liderazgo indígena para revivir y proteger los entornos compartidos dentro de las regiones urbanas y periurbanas. El cambio climático pone en peligro la infraestructura natural urbana de la que dependemos para obtener un sinfín de servicios, mientras que la urbanización encierra más espacios naturales. Una mejor protección y gestión de estos espacios naturales es fundamental para el bienestar de los seres humanos y no humanos por igual.