Servicio voluntario europeo
El programa pretende ofrecer oportunidades de formación en el puesto de trabajo a jóvenes de entre 18 y 29 años que ni trabajan ni estudian. Entre los objetivos del programa están promover la inclusión social y productiva de los jóvenes, reducir el desempleo e incluir al sector privado en actividades de responsabilidad social para el desarrollo productivo de los jóvenes. A través de la entrega de un aporte económico mensual de $ 3.600, se espera que los jóvenes adquieran habilidades técnicas y blandas en un ambiente laboral por un período máximo de 12 meses. Los participantes también reciben un seguro médico que cubre accidentes, enfermedades, maternidad y riesgos de trabajo, a través del IMSS, durante el periodo de permanencia en el programa.
CEPAL s.f. “Jóvenes construyendo el futuro”. Comisión Económica para América Latina y el Caribe, sitio web de la Base de Datos de Programas de Inclusión Laboral y Productiva. <https://dds.cepal.org/bpsnc/programme?id=171>. Consultado el 31 de agosto de 2021.
CEPAL s.f. “Jóvenes construyendo el futuro”. Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Base de datos de programas de inclusión laboral y productiva. <https://dds.cepal.org/bpsnc/programme?id=171>. Consultado el 31 de agosto de 2021.
Carné Joven Europeo
Este invierno, los jóvenes sin hogar corren el riesgo de sufrir abusos y violencia, y tenemos que estar ahí para todos los que podamos. Tu donación de hoy podría garantizar que nuestra Línea de Ayuda siga proporcionando un salvavidas vital a quienes realmente lo necesitan.
Nuestro blog es un espacio seguro donde hablamos de las cosas que realmente nos importan: los jóvenes, la vivienda, la política gubernamental, nuestras campañas y nuestro trabajo. En él planteamos las preguntas difíciles, desmitificamos la jerga, hablamos de las políticas que más afectan a los jóvenes y te ofrecemos una visión de nuestro día a día como organización benéfica para jóvenes sin hogar.
Viajes para jóvenes
Como ya he mencionado los temas del bienestar y el calentamiento global, me gustaría reiterar que el deterioro del entorno natural es una de las principales preocupaciones de los jóvenes de todo el mundo. El medio ambiente afecta directamente al bienestar de las generaciones jóvenes ahora y, lo que es más importante, en el futuro.
Tenemos que enseñar el desarrollo sostenible a los jóvenes. A este respecto, Jacques Delors, nuestro gran líder europeo, presidió la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI de 1993 a 1996. Según su informe, la educación es el “medio principal” para la transformación social y para “fomentar una forma más profunda y armoniosa de desarrollo humano y reducir así la pobreza, la exclusión, la ignorancia, la opresión y la guerra”.
La educación para el desarrollo sostenible también se menciona en la Agenda 2030 de la ONU. La meta 4.7 dice: “De aquí a 2030, velar por que todos los educandos adquieran los conocimientos y competencias necesarios para promover el desarrollo sostenible, entre otras cosas mediante la educación para el desarrollo sostenible y modos de vida sostenibles, los derechos humanos, la igualdad de género, la promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía mundial y la apreciación de la diversidad cultural y de la contribución de la cultura al desarrollo sostenible.”
Eu youth interrail
Por suerte, existen tratamientos eficaces como la terapia cognitivo-conductual, aunque los Gobiernos tiendan a no reconocer tales avances. En 2013, la Organización Mundial de la Salud afirmó que existía “un conjunto creciente de pruebas que demuestran tanto la eficacia como la rentabilidad de intervenciones clave para trastornos mentales prioritarios en países con distintos niveles de desarrollo económico.” Desgraciadamente, el estigma que acompaña a la salud mental provoca su ausencia del debate público a pesar de los enormes costes personales y sociales de las enfermedades mentales.
Como socialistas y demócratas deberíamos ser lo suficientemente valientes como para poner la salud mental en el punto de mira del debate público. Las políticas de salud mental tienen una gran importancia moral por todo el sufrimiento que pueden aliviar. Además, las políticas de salud mental son financieramente deseables para los Estados (Layard et al., 2007). De hecho, el beneficio fiscal que supone el aumento del empleo y, por consiguiente, la reducción del gasto social y el aumento de la recaudación de impuestos (la mala salud mental es una de las principales causas del desempleo) supera los costes de los tratamientos.